El Colapso de Infectados de Covid en los Hospitales de Córdoba

 El Colapso de Infectados de Covid en los Hospitales de Córdoba

 En el Nuevo Hospital San Roque es notable la carencia de muestras y la concurrencia de pacientes que esperan recibir una respuesta de los profesionales de salud.

                                                          

                                                                 















Fuente propia: Un paciente con COVID-19 es derivado en una ambulancia desde un hospital del interior de la provincia


Se puede apreciar en estos días, el considerable incremento de testeos de Coronavirus en el Nuevo Hospital San Roque, en la guardia nocturna de dicho nosocomio el pasado Jueves 17 de Septiembre, a las 23:00 hs y desde el ingreso del hospital se podía observar movimiento de gente, parecía ser una noche inusual, con una temperatura agradable y en vísperas de la primavera, luego de seis meses de aislamiento extremo,  desde el hall central, se observaba gran cantidad de gente enferma, que a simple vista aparentaba tener síntomas de Coronavirus.

Al ingresar al lugar se observaba un biombo que separaba asientos con lugares de por medio para pacientes con síntomas de Covid-19 de otros pacientes con otras patologías, se agendaban en un box, situado en rincón izquierdo, en el sector de admisión y se sentaban a esperar ser atendidos, con una larga demora. En otro rincón del sector derecho de la sala, los pacientes eran llamados por un micrófono, desde un consultorio, totalmente modificado, donde en lugar de una puerta, había un box, con un blindex y eran atendidos, por un médico que le preguntaba al paciente ¿qué siente?, ¿qué le pasa?

Pasando las 12 am, el hospital siguió asistiendo pacientes en donde al asistió a un paciente que quería ser tratado y le manifiestó a la doctora – me duele mucho el cuerpo, tengo mucha fiebre, tos- luego de varias objeciones la doctora mediante preguntas averiguaba si realmente tuvo contacto estrecho o no, teniendo en cuenta la sintomatología y la edad del paciente, descartando su internación al no ser un paciente de riesgo, es decir, era menor de 60 años. Pese a ello el paciente le manifestó: -pero, me siento mal, tengo que trabajar y no me gusta faltar, ¿qué hago?¡por favor! - con una voz de dolor y resignación, casi a punto de llorar).

Sin nada más que hacer por su parte el personal de salud, trataba de contener a los pacientes ya que las muestras para hisopar son escasas, en el día se ocuparon 200, al igual que las camas desocupadas, no pueden internar a pacientes, pero sí recomendar que realicen cuarentena preventiva por dos semanas en sus hogares y en caso de ser positivo para aliviar el dolor que tomen ibuprofeno.

Con el paso de los minutos se podía evidenciar que la demanda de pacientes sobrepasaba los insumos con los que contaba el sistema de salud, es por ello, que no queda nada más que ir descartando y por parte del cuerpo médico sólo quedaba explicar, que: el contacto estrecho es haber compartido sin barbijo más 15 minutos con un caso positivo.

El nosocomio parecía colapsar con pacientes que muestran síntomas, la demanda se hacía más intensa y el personal médico sobrepasado, teniendo que elegir que paciente atender o no, sin dejar de lado las derivaciones y las urgencias.

Las agujas del reloj el tiempo corrían sin detenerse y el panorama se repetía una y otra vez, se eligiendo a quien internar y a quién no. Cada paciente parecía resignado, envuelto en quejas y mucho dolor en su cuerpo, rostros cubiertos con barbijo.

Llegadas las 02:00 am ingresó un paciente con coronavirus, se sentó de un lugar a otro, venía por otro hisopado y se le programó una fecha para la semana que viene.

Con el paso de las horas, el hospital permanecía vacío, es ahí cuando tímidamente llegó un paciente con dificultad para caminar, acompañado de un familiar, la espera lo agotó y luego de 2 hs decidió emprender su salida. Los médicos cansados esperaban finalizar su jornada, sin nuevos pacientes ni derivaciones.

Hace meses atrás, el hospital permanecía vacío debido a la cuarentena obligatoria y reforma edilicia como contracara de ese panorama, el actual colapso del sistema sanitario, una realidad que nos golpea muy de cerca, donde además de la falta de insumos, lugares y el incremento en la demanda de esta nueva enfermedad que pareciera haber llegado para quedarse, se le suma, la falta compromiso y distanciamiento social de la gente al consultar en dichos lugares.

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